Paulina Treviño no eligió la actuación como una forma de vida, no estuvo entregando currículums ni presentándose a castings. El casting llegó a ella cuando cursaba el último año de preparatoria.
Tenía 18 años y la producción de la película El tiempo de las mariposas llegó a su escuela para encontrar quién iba a intentar matar a Edward James Olmos. La elegida para la escena fue Paulina Treviño.
Su plan de vida era estudiar psicología, ya tenía todo preparado para seguir ese camino, pero la experiencia de actuar fue muy fuerte.
Al terminar el rodaje de El tiempo de las mariposas Paulina preguntó dónde podría estudiar actuación.
“El teatro te hace vivir en el presente, los actores son los dueños de lo sucedido, la respuesta del público la tienes frente a ti, sus risas, exclamaciones. Hacer teatro es como andar en bici, te ayuda a vivir en el presente, y como dicen, vivir en el presente te hace más feliz”.
Paulina Treviño
El universo conspira a tu favor
No quiero entrar en polémicas de si Paulo Coelho es el “Ricardo Arjona” de la filosofía popular o no, sólo voy a mencionar una de sus frases que dice “Cuando quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo”.
La escuela que le recomendaron para estudiar actuación quedaba a un par de cuadras de su casa.
No pudo haber sido mejor. O quizá sí… Si en su casa no hubieran puesto el grito en el cielo.
¡Su hija se dedicaría a actuar y no a la psicología! El camino no fue fácil, pero el deseo de Paulina de ser actriz estaba ya muy arraigado en ella.
Vivirás del arte
“¿Vivir del arte? Esa respuesta aún no la tengo. Me parece que vivir del arte es una aberración per se. Con el arte dices muchas verdades y no siempre son cómodas, agradables, como para que te paguen por decirlas. No es un camino fácil, es un juego de límites entre tu creatividad, las instituciones o el mundo comercial”.
Desde agosto de 2012 Paulina es becaria del FONCA (fondo nacional para la cultura y las artes). “Es lo mejor que me ha pasado”, define. Con esta beca es parte del elenco base para la Compañía Nacional de Teatro, con la que actualmente está presentando la obra Coriolano, la versión de Bertolt Brech.
Lo sexy entra por los sentidos
Hace cinco meses que Paulina dejó estacionado su automóvil, con la llegada de su bicicleta nueva, una plegable Brompton color azul. Desde ese momento sus viajes diarios los combina con la bici y taxis ocasionales. “Mis vecinos ya me preguntaron qué voy a hacer con el auto, porque llevo desde octubre sin moverlo. Creo que lo tendré que vender, no lo utilizó más”.
Cuando estamos realizando la sesión de fotos los ojos de Paulina se iluminan como si estuvieran conectados al dínamo de la Brompton, cuando pedalea se encienden en brillo. Se nota que disfruta del movimiento sobre ella, y así lo define.
“En la bicicleta me siento sexy. Lo sexy entra por los sentidos y en la bici abres tu piel, percibes todo lo que te rodea. Te ves envuelta en el presente, tu corazón bombea sangre, te sientes fuerte, poderosa. Vivir en el presente es sexy, y también reducir tu huella de carbono, utilizar tu propia gasolina, moverte con tu propia fuerza. Además de ser antidepresivo y saludable. Sentir tus músculos duritos… Todo eso es sexy”.
Paulina Treviño.